En este libro se expone sobre todo la comunicación como un proceso donde sí hay una respuesta, donde se recibe el mensaje y se comunica correctamente, sin embargo esto último me provoca una gran incertidumbre, pues se ha visto a la comunicación como un proceso caótico donde un mensaje puede interpretarse de diferente manera. Si esto fuera así, entonces Escandell diría que no hay comunicación y prácticamente haría inexistente este proceso.
Se retoma la semiología de Pierce y se habla de una comunicación pragmática primaria y secundaria. Se tocan temas como los actos de habla de Benveniste y se explica la función ilocutiva, perlocutiva y alocutiva. Se hace una clasificación sobre las intenciones que tenemos.
Me parece sumamente interesante la división de la pragmática porque representa por completo un proceso rápido e inconciente que llevamos a cabo todos los días y que tiene que ver con la competencia lingüística de cada individuo. Todos los días mediante los mensajes que transimitimos está un mensaje subliminal que envíamos y que muchas veces no es entendido por todos. Así la comunicación vuelve a ser un proceso caótico.
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